¿Eres más de inverno o de verano?
Hay personas que dicen preferir el invierno al verano alegando que si tienen frío pueden ponerse más prendas encima, pero si tienen calor... ya nos falta quitarnos la piel, que seguro que más de uno lo ha pensado alguna vez.
En esta época cuando se producen los picos más altos de afluencia turística, sobre todo, lógicamente, en destinos que ofrece un alivio para el agobiante calor. Destinos de sol y playa , aunque por mucha playa que haya, no debes dejar nunca de lado la precaución ante el calor.
Hoy te traemos 5 trucos infalibles que harán más llevaderos aquellos días en los que el sofoco se adueña de ti y de tu humor. Con nuestros trucos pasarás de ser una víctima del calor a reírte cuando aparezca. Algunos de ellos te sonarán obvios, pero haz el ejercicio de pararte a pensar cuántas veces lo pones realmente en práctica. Es por ello que creemos que es buena idea recordártelos.
- Bebe mucha agua.
Este es uno de los que parecen obvios, pero cuántas veces te has sorprendido sin haber probado un vaso de agua en toda la mañana. El calor aprieta, y nosotros estamos hechos de agua en un porcentaje que cabalga entre el 50 y el 65%. Te podrás imaginar lo que pasa en verano con ese porcentaje. En efecto se ve reducido en gran cantidad y eso se traduce en que nosotros comenzamos a experimentar los síntomas propios de una deshidratación. Por ello trataremos de evitar llegar a ese punto bebiendo una media de entre 2 y 3 litros de agua al día. No esperes a tener sed para beber agua.
- Pero que el agua no esté fría.
Olvídate de este falso mito de que el agua fría (aquella que molesta hasta en la dentadura) es la solución para aliviar tu sed. No es así, Para reponer los líquidos que perdemos a lo largo del día a través de la sudoración debe ingerirse agua templada (a temperatura ambiente). Esto es porque cuando bebemos agua fría, esta es absorbida de forma muy rápida por el tubo digestivo y no da tiempo a que llegue a la piel y nos regule el cambio de temperartura corporal. Sin embargo, cuando tomamos agua del tiempo, permitimos que nuestro organismo la absorba poco a poco, templándose nuestra propia temperatura y en consecuencia, calmando el calor que tenemos.
- Duerme vestido, y de algodón.
Todos sabemos que es una tentación muy poderosa el dormir como vinimos al mundo en esos días en los que el calor asfixia. Pero tal vez lo que no todos sabemos es que al dormir desnudos, no permitimos que se evapore la humedad (causada por la sudoración durante la noche) que se produce entre las sábanas, el colchón y nuestro cuerpo. Por ello es más que recomendable dormir con un pijama para favorecer dicha transpiración.
- No te pases con la comida.
Cuando estamos de vacaciones nuestros hábitos alimenticios peligran seriamente. Solemos volver a la oficina con unos quilitos de más que son producto de las licencias que nos permitimos "porque estamos de vacaciones". Pues bien, ojo con la comida en verano. Además de que comiendo más ligero evitaremos ese aumento tan típico de peso, ello hará que nos sintamos más ligeros y frescos. ¿La expicación? El proceso de digestión. Cuando estamos digiriendo una comida copiosa aumenta nuestra temperatura corporal (además de producirnos aquella somnolencia que nos deja KO) y con ello, el calor que tenemos. Así que lo mejor que puedes hacer es comer alimentos ricos en sales minerales que ayuden a reponer las que vas perdiendo cuando sudas (frutas, ensaladas, zumos...).
- Si vistes oscuro, cambia el look.
No hay nada que atraiga más al calor que un tejido oscuro. Eso es porque los colores oscuros son oscuros porque abosrben toda la luz, y de la misma forma también absorben la radiación térmica. Por eso es conveniente que en los días de más calor vistamos ropa ligera, de colores claros y de materiales naturales que no nos provoquen más sudoración de la estrictamente necesaria.