Cuando pensamos en Alicante, lo primero que nos viene a la mente son sus playas bañadas por el sol, sus paisajes mediterráneos y su vibrante vida urbana. Pero, lo que muchos desconocen es que bajo la superficie de esta hermosa provincia esconde un mundo lleno de misterio, historia y belleza natural. Desde impresionantes cuevas milenarias hasta refugios antiaéreos que nos transportan a tiempos de guerra, Alicante guarda en su subsuelo verdaderos tesoros que esperan ser descubiertos. ¿Te atreves a descender y descubrirlos?
Alicante es conocida por su hermoso litoral bañado por el Mediterráneo, sus playas de arena dorada y su clima envidiable. Sin embargo, más allá de sus paisajes costeros y su animada vida urbana, la provincia de Alicante esconde una red fascinante de tesoros subterráneos que pocos conocen. Estas maravillas bajo la superficie están llenas de historia, naturaleza y misterio. En este artículo, te invitamos a descubrir algunos de los más sorprendentes.
Ubicadas en Busot, a tan solo 24 km de la ciudad de Alicante, las Cuevas del Canelobre son uno de los sistemas de cuevas más impresionantes de la provincia. Formadas hace más de siete millones de años, estas cuevas destacan por sus enormes estalactitas y estalagmitas, y una bóveda principal que se asemeja a la de una catedral gótica.
Lo más curioso es que, durante la Guerra Civil Española, las cuevas fueron utilizadas como taller de reparación de aviones debido a su gran tamaño. Hoy en día, los visitantes pueden caminar por sus galerías iluminadas y disfrutar de su increíble acústica, que la convierte en un lugar perfecto para conciertos en vivo.
Pocos saben que, durante la Guerra Civil Española, Alicante fue una de las ciudades más bombardeadas debido a su estratégica ubicación. Para proteger a la población civil, se construyeron refugios antiaéreos subterráneos por toda la ciudad. Muchos de ellos han sido restaurados y pueden visitarse, ofreciendo una visión única del pasado bélico de la región.
Uno de los más importantes es el Refugio de la Plaza Séneca, que cuenta con una exposición permanente sobre la historia del lugar y los devastadores ataques aéreos que sufrió Alicante. Adentrarse en estos refugios es viajar al pasado y entender mejor cómo vivió la población alicantina uno de los periodos más oscuros de su historia.
A unos 50 km de Alicante, cerca de la localidad de Benidoleig, se encuentra la Cueva de las Calaveras, famosa no solo por sus formaciones geológicas, sino por la leyenda que la rodea. Según cuentan, en el siglo XVI un grupo de piratas moriscos se refugió en la cueva, pero debido a una fuerte tormenta quedaron atrapados y murieron allí, dejando atrás sus restos.
La cueva tiene una longitud de más de 400 metros y ofrece una fascinante mezcla de historia, mito y naturaleza. Además, se han encontrado restos prehistóricos en su interior, lo que la convierte en un testimonio de la vida en la región desde tiempos inmemoriales.
En el corazón de la Marina Alta, en el valle de Laguar, se encuentra una joya olvidada: las minas de ocre. Estas minas, utilizadas durante siglos para extraer pigmentos naturales, son ahora un lugar de interés para aventureros y senderistas. El Barranc de l’Infern es conocido por su espectacular paisaje de barrancos y cañones, pero sus entrañas guardan estas antiguas galerías excavadas a mano.
Pasear por las minas te transporta a otra época, cuando el ocre era un recurso valioso para la pintura y la decoración. Hoy en día, es una visita obligada para aquellos que buscan una experiencia diferente y poco conocida en Alicante.
Bajo los pies de los visitantes de Alicante, en el yacimiento arqueológico de Lucentum, se encuentran los restos de lo que alguna vez fue una próspera ciudad romana. Entre sus muchos tesoros se encuentran las termas romanas, una serie de baños públicos que datan del siglo I a.C.
Aunque no están abiertas al público de la misma manera que las otras maravillas subterráneas mencionadas, este yacimiento permite vislumbrar cómo era la vida en una ciudad romana en la costa mediterránea. Las termas eran un lugar de encuentro social y relajación, lo que demuestra la sofisticación y el refinamiento de la sociedad romana en esta región.
Los tesoros subterráneos de Alicante son mucho más que simples formaciones naturales o restos históricos. Son puertas a mundos ocultos, cargados de historia, leyendas y misterios. Explorar estos lugares es una forma de conocer una faceta diferente y menos visible de la provincia, alejada del bullicio turístico de la costa.
Así que la próxima vez que estés en Alicante, no te limites a disfrutar de sus playas y montañas. Atrévete a sumergirte bajo la superficie y descubrir los secretos que yacen bajo tus pies. ¡Te sorprenderás de lo que puedes encontrar!